Hoy egresa “Graduados”

#RespiroTV

No es de todos los días. Muchos productores lo vivieron una sola vez y hoy viven de ese recuerdo. Otros lo repiten a menudo, pero en el medio deben superar unos cuantos traspiés. Existen también los que no lo vivieron nunca y sueñan con hacerlo. Y están ellos, los mentores de “Graduados”, que cocinaron el mayor éxito de 2012 y hoy lo tienen que despedir.

La receta para macerar un éxito no existe fechacientemente. Seguramente se haya escrito centenares de veces, pero su falta de efectividad al 100 por ciento probablemente haya provocado que ese papel, ese libro, o esa bitácora, no pase hoy de mano en mano, ni se compre como una pócima infalible.

No obstante, con receta o sin receta, lo cierto es que durante esta temporada, una productora llamada Underground, en coproducción con otras empresas, en un canal llamado Telefe, con el protagonismo de Nancy Dupláa y Daniel Hendler, hizo el éxito del año; el programa que más midió en la TV, la ficción más vista del año, el ciclo con más repercusión.

Allá lejos quedó el mal paso de “Un año para recordar”, el proyecto de la productora de Sebastián Ortega que antecedió a este ciclo y que no se ganó el favor del público. Claro que ahora, con el diario del lunes, muchos se auto-concederán la palabra para decir porqué la tira de Carla Peterson no y el ciclo con reminiscencias ochentosas sí, y aunque se podrían alistar muchos elementos, la verdad es que el veredicto del público se ve en la cancha.

Nos cansamos de escuchar frases tales como “este año la gente quiere comedia”, “esta temporada, el público viró hacia lo oscuro”, etc, pero lamentablemente esta variable no se conoce de antemano, sino todo sería más simple. De hecho, esta misma productora que se “abrazó” con el público en 2012 a bordo de una comedia romántica, blanca y familiar, años atrás debió oscurecer la historia de “Botineras” para revertir una curva peligrosamente descendente.

El historial dirá que durante este año, el grupo mayoritario de televidentes quiso entretenerse, le dio el sí a una historia coral, divertida, de relaciones profundas y flashbacks. Dirá que la gente eligió “Graduados”, un programa intimista, de vínculos pasados que se renuevan en el presente, de amigos/hermanos y de enemigos que ya no lo son, de familias funcionales y disfuncionales, de sueños postergados, de amores tardíos, de promesas rotas a destiempo, de venganzas sentidas, de jóvenes adultos, de los ´80 hoy.

Nunca mejor aplicado el dicho: “los éxitos no se discuten”.  Jamás el público discutió las caracterizaciones “bizarras” de los cuarentones convertidos en estudiantes del Instituto Nacional, al contrario, las aplaudió, las volvió a pedir, las celebró. Jamás se discutió a Hendler como galán/antigalán, más aún, se convirtió en un “héroe” aclamado por la platea femenina. Jamás se criticó que nadie se diera cuenta que Patricia era Jimena, “la chanchoto”, por el contrario, el televidente guardó con recelo el secreto, justificó la venganza y lloró con aquella “gorda bella”.

“Graduados” será recordado como un programa que supo ser, que quiso y pudo ser entretenido, emotivo, atrapante. Que supo ser éxito y ganarle a “ShowMatch”. Que supo trasladar la comunión y buena onda que había en el elenco a las casas, que supo darle la mano a los nostálgicos, melancólicos, melómanos, memoriosos…

Un grande que se despide a lo grande, en el Gran Rex, el teatro que alberga los finales de los programas que fueron éxitosos. Nos dice “chau” Loly, su moño rojo y sus inseguridades. Andy, su chaboncito y su refugio Goddzer. Pablo, su pichila y su pilotín. Patricia/Jimena y sus disfraces. Vero y su FM 1980, Tuca, Bety y su patito de hule, Vicky y su diván, Guille y su salida del placard, Mc Can, Walter y su lunfardo, todos…

Éxito como “Valientes”, pero distinto. Más parecido a “Los Roldán” que a “Sos mi vida”. Un éxito sin heridas, sin lágrimas, sin precipios, ni secuestros, ni tiros. Un éxito de sonrisa, beso, emoción. Como en un egreso de secundario: nostalgia por lo que fue, alegría por haberlo podido superar, miedo por lo que vendrá, abrazos con los amigos de siempre que ya no volveré a ver; dar vuelta la página, mirar para adelante y volver a empezar.