Solamente Suar

#RespiroTV

Finalmente se largó. Luego de una extensa promoción de largas semanas, se levantó el telón de la nueva apuesta de El Trece, y ya no hay vuelta atrás. Y dije, “nueva apuesta” y me quedé corta; no es una simple “nueva ficción”, es “la apuesta”, el juego del “vale todo”, casi “la última cena”.

2012 será para Suar un año casi olvidable. No fue la primera vez que tuvo una temporada floja, aunque probablemente haya sido una de las peores; por la plata que perdió y por cómo perdió.

Con el objetivo entonces de revertir el mal paso, decidió ponerse al frente del “batallón”, abandonar su faceta de programador 100 por ciento y protagonizar “Solamente vos”; es decir, ponerse el traje que tan bien le viene quedando en cine y bailar con “la más linda”.

El velo se corrió anoche y hay mucho para decir de esta comedia que le devolvió los números cuasi calientes a una pantalla de enero gélida, cuyo promedio más alto venía siendo de 17 puntos. Una “temporada lágrima” si vale echar mano de la frase del momento.

Sin la barrera de peaje levantada para el libre acceso, “Solamente vos” ya se presentaba en sociedad con todas las de ganar: una dupla protagónica de exitosos (condimento valioso si los hay, sino mirar lo que sucede con “Mi amor, mi amor”), un elenco de eximios actores, las dos estrellas juveniles más seguidas del momento (Lali Espósito y China Suarez), más música, más humor, más color.

Y nombramos estos ingredientes que ya de antemano se percibían efectivos y ayer se corporizaron para darnos la razón y ratificar que Suar puso toda la carne al asador, se calzó la mochila y asumió la cruzada como una cuenta personal.

De hecho, es el protagonista. Aparece primero en los títulos y su cara fue la que cortó la cinta de inauguración. Como siempre, hubo reminiscencias al “Tenso”, aquel personaje que interpretó en “Un novio para mi mujer” y al que le cuesta hilar frases, tartamudea y se ve sobrepasado, y así Suar pasó esta primera prueba más que ileso.

El primer episodio cumplió con los principales incisos del manual de “primer capítulo”;  a saber: un evento majestuoso (así se vio la imagen del Teatro Colón), presentación de los personajes, primer encuentro entre los protagonistas y planteo de los conflictos.

Los planos detalles sirvieron para contar de una manera colorida los rasgos más característicos de los protagonistas. Así, mientras Juan Costeau (Suar) es un hombre híper prolijo y moderno en su vestir, Aurora Andrés (Oreiro) es una chica más rústica, que se maneja en bicicleta y luce un arquetipo híper retro: en su ropa, sus accesorios, los ornamentos de su bici, la decoración de su casa y hasta los uniformes de su peluquería, un “outfit” muy “Oreiro”, que ya se pudo ver en anteriores ficciones y en su marca de indumentaria.

Estereotipos hay a rabiar: Costeau tuvo una banda estilo “Menudo”, hoy dirige una orquesta municipal y se queda sin trabajo. Aurora no es una simple peluquera, sino que heredó el oficio familiar, se considera “la mejor estilista” y participa de concursos. El padre de Juan (Puig) es un homosexual sin represión aparente, híper rígido con su hijo. La madre de Aurora (Pichio) es más hija de ella que progenitora. El mejor amigo de él y amante de ella (Minujín) es el típico “dandy”, mentiroso y embustero. Y su mujer (Fontán), una rica que no sabe qué hacer con su dinero y se deja mentir en la cara. Párrafo aparte para “La Polaca” (Muriel), una ex niña prodigio que quiere recuperar la fama que tuvo.

En el medio, cinco hijos, con todas sus demandas, sus preguntas, sus conflictos, sus acercamientos y alejamientos y sus reacciones frente a una reciente separación de sus padres.

A los costados, la hermana de Costeau (Bellati), una obsesiva de la limpieza, y los amigos de los protagonistas (García Lago, Menahem y Cymer).

Entre ellos, la música: la que supieron hacer Juan y Félix en su pasado, la que hace ahora el primero en la orquesta y el segundo al frente de una discográfica, la que entona Aurora en la intimidad y la que pronuncian los hijos, especialmente Daniela (Espósito) y Mora (Torres).

Material hay de sobra y, lo más importante, es que se tomaron todos los recaudos para que la historia sea fielmente apta para todo público. Ni hablar de las escenografías que se montaron para la ocasión, ya que no sólo son impecables, sino que definen con fina estampa las personalidades de los personajes.

Entonces, mientras Suar provoca risas en la platea con su conocida cara de “yo no fui”, Oreiro levanta suspiros con su tierna sonrisa, Puig sorprende con un rol que no se le conocía, y Suárez y Espósito mantienen en vilo a una popular teen que soñaba con volverlas a ver juntas.

Me animo a decir que será el éxito del año; porque no hay ni habrá una dupla más contundente, porque se anticipó y empezó antes que todos, porque tiene el elenco más importante y porque tiene un buen mapa rutero (música, color, humor, emoción) para ir y volver, probar y descartar caminos, agregar y sacar paradas.

En una temporada en que los padres solos con hijos prometen copar la pantalla, Suar “cantó pri” en El Trece y echó a andar “Solamente vos”. Veremos, veremos, después lo sabremos.