Por: Matías Bugallo
“Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos”, fueron las palabras con las que, entre lágrimas, Nicolás Maduro despidió a Hugo Chávez Frías el pasado 5 de marzo.
No fue casualidad que una estrofa del cancionero del cantautor Alí Primera fuera elegida para ese duro momento, Maduro al igual que gran parte del pueblo venezolano creció bajo la influencia del trovador socialista.
Durante los catorce años que duró su gobierno Chávez se acercó gran cantidad de veces a la música popular, no sólo como espectador sino también como partícipe. El ex mandatario venezolano fue capaz de reversionar un corrido mexicano, bailar hip hop y hasta cantar su propio tema de campaña junto al grupo Los Cadillacs.
En 2003, durante una visita a la Argentina, el Comandante Chávez conoció en la grabación de su programa “Aló Presidente” al grupo metalero local Tren Loco. La fascinación que los rockeros causaron en el ex presidente fue tal que el venezolano los invitó en vivo a visitar Caracas para presentarse en un festival que el mismo Chávez organizaría meses después.
Desde que su nombre apareció en la política internacional Hugo Chávez generó adeptos y detractores en todas partes del mundo. Los músicos no fueron la excepción, los españoles SKA-P le dedicaron la canción “El Libertador”, mientras que Alejandro Sanz tuvo un recordado cruce epistolar en 2010 por la postergación de un concierto en suelo venezolano.
El ex vicepresidente, y actual candidato en las elecciones del 14 de abril próximo, Nicolás Maduro comparó tiempo atrás a su amigo Hugo Chávez con Mick Jagger aludiendo que “ambos compartían la fuerza incesante al cantar”.
A principios de los ochenta, Maduro, dividía su tiempo entre la militancia en la Liga Socialista y su rol de bajista/guitarrista/cantante en la banda Enigma. Su condición de rockero revolucionario lo llevó a emparentarse con Paul Gillman vocalista del grupo Arkángel, chavista desde un principio y fundador de lo que se considera el rock nacional venezolano.
En un comunicado en su web oficial Gillman dedicó unas sentidas palabras a Hugo Chávez recordándolo como el presidente que le dio una importancia al rock venezolano que “nunca antes había tenido”, y quien “entró a la inmortalidad junto a Simón Bolivar, Salvador Allende, Alí Primera y John Lennon”.
La relación entre Chávez y el rock trascendió una de las fronteras más difíciles, la del idioma. La banda canadiense de indie rock, Arkells, grabó en 2009 la canción “Ballad of Hugo Chávez”, en la que recuerdan el paso del líder bolivariano por el Cuartel San Carlos de Caracas.
Alguna vez Hugo Chávez fantaseó con la idea que de haber “nacido en Valencia o Caracas hubiese agarrado una guitarra eléctrica en lugar de una boina y un tanque”. La vida lo llevó por el camino que todos conocemos, sus acciones marcaron la historia de la música venezolana, y su pueblo lo recordará por siempre como “el comandante del rock“.