Por: Noelia Schulz
El verano en la ciudad puede ser terriblemente agobiante. Si a esto le sumamos niños pequeños tenemos una bomba de tiempo a punto de estallar. Claro, a menos que tengas una pileta divina o te pases tres meses de vacaciones o…
No sería mi caso. Y por eso puedo afirmar que el calor no se hizo para estar en la ciudad. Mucho menos con hijos menores de 3 años. Si estás a punto de convertir tu comedor en un parque acuático a pesar de arruinar el parquet para siempre… Mejor primero repasemos juntas los problemas, punto por punto:
Las plazas: Se convierten en la tortura más absoluta: arena hirviendo, sol abrasador, juegos a punto de grillar seres humanos. El kit para salir de casa incluye tantas cosas que es imposible no olvidarse algo. El gorrito (que se pierde con una facilidad imposible de explicar), pasando por el protector solar y cantidades industriales de agua (que a medio camino ya no es otra cosa que lava a punto de ebullición). La única solución es ir a las 6 AM o a las 9 PM. ¿Ah, pero las plazas están cerradas, no?
Los portabebés: Bajo el sol de un día como hoy fácilmente podemos transformarnos en una masa humana de carne, sudor y lágrimas. Todavía recuerdo mi primer verano en la city porteña, con un bebé de 4 meses. Mejor elijamos portabebés y ropa de algodón que permitan respirar la piel. La peor elección para días como hoy son las mochilas plásticas. ¡Esas las inventó el mismísimo Satán!
Los cochecitos: Una opción peor aun. No para nosotras, claro, pero sí para nuestros retoños. Un receptáculo de plástico oscuro que cocina a fuego lento y constante, sin tregua. Y si agregamos el ejercicio extra de utilizarlos en las veredas rotas de la ciudad de Buenos Aires (a mi barrio no llega la reparación de veredas) les aseguro que la cocción será también nuestra.
Los transportes públicos: Salvo los contados (y salvadores) transportes con aire acondicionado, el resto de los vehículos se transforma en una parrilla móvil cuando la temperatura supera los 25 grados. Añadamos peleas por conseguir asientos. ¡Bingo!
La única solución vendría siendo el AGUA. Palangana, piletita inflable, pelopincho, ducha o bañadera. A juntar agua y seguir tolerando con estoicismo estos calores del infierno.
¿Me cuentan sus estrategias anti calor?