Por: Anabella Reggiani
Con dos Luna Park llenos la Norteamericana más dulce se presentó en Buenos Aires.
Como la heroína de un cuento de hadas, Norah Jones te encandila, con su timidez y carisma y se transforma en una verdadera princesa en el momento que de su boca salen las primeras notas de la noche.
Con el escenario vestido con pájaros de papel, y una colección de canciones propias y otras prestadas, como la bellísima versión de “It must have been the roses de The Grateful Dead, el concieto transcurrió como una velada íntima entre Norah y cada uno de los espectadores allí presentes.