Diablos dormidos

Estamos solos y es de noche. Al principio te negás, te resistís, te volvés esquiva, pero no me detenés. Giramos sobre nosotros mismos como un tornado que arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Escapás y yo, porfiado, decidido, desbocado, te vuelvo a encontrar. Indicás el rumbo y yo me pierdo cegado. Me arañás la espalda y me pedís al oído que te hiera un poquito más. Seremos dos. Seremos uno. Seremos el mundo entero. Porque nada nos importa ya.

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Ejércitos nocturnos

Son las 2 AM y estoy escribiendo este texto para confesar un delito. Soy un soldado raso de los ejércitos nocturnos, un grupo compuesto por seres solitarios por voluntad propia o ajena que deambulan por las noches sin rumbo fijo, divirtiendo a esas personas que están allí afuera, en la calle, en el boliche, en la casa de sus amigos, pero que chequean constantemente en sus celulares nuestras aventuras, nuestros avances, nuestros retrocesos, porque somos más divertidos que sus acompañantes, porque estamos donde ya sabemos que no queremos estar, porque mediatizan sus experiencias y le temen al cara a cara, porque es más cómoda la distancia, más segura la soledad que animarse a amar a un eterno desconocido.

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La gota

Lagotasuenalagotaotravezlagotasiemprelamismagotatiquitiquitiquilagotajustoahora

quemeestabapordormirsobreestaalmohadaquetieneoloraellaquetienesuperfumeporqué

nocambiélaalmohadaquéboludoylagotaquesuenaenelbañoquenodejadesonaryqueno

medejadormirperoyoséquenoeslagotayobienadentroséquenoeslagotalaquenomedeja

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Un día

Un día vamos a abrir los ojos y la almohada nos va a seguir atrayendo como un imán capaz de generar el campo magnético más potente del universo. Yo voy a pisar el suelo frío de mi habitación porque nunca sé dónde dejo las ojotas cuando me levanto a hacer pis en la madrugada. Vos vas a mirarte en el espejo preocupada por ese granito que te salió al lado de la boca. No, no das Marilyn ni a gancho con ese volcán de pus. Yo voy a enjuagarme la cara con agua caliente para ablandar la barba, maldiciendo la vez que envidié a mi viejo tener que afeitarse todos los días. Vos vas a cepillarte esa sonrisa de publicidad, escupiendo la espuma con bronca al recordar que todavía no desayunaste. Ni vos ni yo lo sabemos todavía, pero un día, un día todo va a cambiar.

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Amores facturados

No entiendo cómo un tipo puede levantarse una mina en un boliche. Yo la verdad que no tengo idea cómo comportarme en esos lugares. A la gente le grito en el oído por la música al mango, me da asco todo el mundo bailando chivado, me tropiezo a cada rato por la ropa y las carteras que dejan en el piso, paso vergüenza con mi escueta y humilde humanidad al lado de enormes patovas, me angustia ver tipos que se duermen en un rincón o están quietos y en silencio con un trago en la mano durante toda la noche, me cruzo con flacos en musculosa, bermudas y ojotas, todo es muy raro.

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Sexo apolítico

Un día estaba hablando con la novia de un amigo sobre una mina que me quería presentar. Yo le hice todas las preguntas de rigor que le interesan a un hombre (“¿Esta buena?”) y ella me dio un breve pantallazo sobre su vida y me pareció copado conocerla. A ver, no es que yo sea muy exigente (no puedo serlo, en realidad). Lo que pasa es que uno tiene algo de amor propio y viene medio herido. No es que busco a la madre de mis hijos (sí, la busco) pero la verdad que no me quiero comer cualquier bagarto (sí, quiero).

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