El multimillonario ruso Suleiman Kerimov, dueño del club de fútbol Anzhi Majachkalá, admitió esta semana que reducirá drásticamente su presupuesto y venderá a sus estrellas, como el camerunés Samuel Eto’o, en una inesperada decisión dentro de un pequeño club que hasta hace poco tenía un ambicioso proyecto.
“La principal información es que se hará una reorganización en el Anzhi. Muchos de nuestros costosos jugadores abandonarán el club, y el presupuesto del mismo bajará entre 50 a 70 millones de dólares por año”, indicó en su cuenta oficial de la red social Twitter Konstantin Remchukov, presidente de la entidad de la provincia de Daguestán, en el Cáucaso Norte, que era prácticamente desconocida antes de que lo comprara Kerimov en enero de 2010.
Remchukov, que reconoció que su institución había “fracasado en el objetivo de conseguir rápido un éxito”, precisó que Kerimov iba a dar más detalles de la reorganización del club, que volverá a ser “pequeño”.
Tras la última derrota como local del Anzhi, liderado por los internacionales Lassana Diarra y Samuel Eto’o, contra el Rostov por 1 a 0, Kerimov tuvo problemas de salud y decidió cambiar radicalmente de estrategia para su club, que se ubica 13º en la tabla de la Premier League rusa (obtuvo apenas dos puntos en cuatro partidos), según publicó el diario deportivo ruso Sport Express.
Luego del partido Kerimov se reunió con los jugadores y les prometió a sus estrellas que iba a ayudarlos a encontrar un nuevo equipo, remarcando que el Anzhi de todos modos iba a cumplir con sus obligaciones financieras, según la misma fuente.
Desde la compra de este club de Daguestán, una región inestable del Cáucaso, Kerimov, un magnate del petróleo cercano al Kremlin, invirtió decenas de millones de dólares para darle impulso a su nuevo club, que incluso tenía ambiciones europeas.
En agosto de 2011, el camerunés Samuel Eto’o, ex delantero del Barcelona y el Inter de Milán, firmó un contrato por tres años con un salario anual estimado en 20 millones y medio de euros (27,4 millones de dólares), convirtiéndose en el jugador mejor pago del planeta, incluso por encima del argentino Lionel Messi, del Barcelona, y del portugués Cristiano Ronaldo, del Real Madrid.
En febrero de ese mismo año, el Anzhi gastó otra fortuna para contratar al célebre lateral brasileño Roberto Carlos, campeón mundial con su Selección en 2002, quien daba sus últimos pasos en el fútbol tras haber abandonado al Real Madrid después de varias temporadas y buscar nuevos horizontes menos exigentes.
Esta decisión de Kerimov fue totalmente inesperada porque el Anzhi figuraba entre los candidatos al título de la Liga rusa, que apenas lleva cuatro jornadas de disputa. Pero también es un duro golpe para la imagen del fútbol de Rusia, país que se prepara para organizar el Mundial 2018.
Sin embargo, Kerimov comentó que no piensa vender el club, cuyo ex entrenador Gadzhi Gadzhiev volverá a ocupar el banquillo en un futuro cercano, según Sport Express. Gadzhiev reemplazará al holandés René Meulensteen, ex asistente del escocés Alex Ferguson, que tomó el relevo en el Anzhi tras la renuncia en julio de su compatriota Guus Hiddink.
El Anzhi, fundado hace apenas 22 años, tiene un estadio con capacidad para 30.000 espectadores, que difícilmente se llena, en la ciudad de Majachkalá. En la última temporada el Anzhi concluyó tercero en la Premier League rusa.
Fuente: AFP