El mundo empresarial en ese contexto no puede ser ajeno y desligar las nuevas formas laborales de la realidad humana y por tanto es sumamente importante reconocer a los grupos de interés (stakeholders ) involucrados en toda experiencia de teletrabajo y analizar su rol ético y responsable de cara a la sostenibilidad de los resultados en bien de la sociedad.
En ese sentido, y motivado con la experiencia de otros países de la región, tomé la iniciativa de realizar un investigación respecto a los factores éticos presentes en toda implementación de teletrabajo, partiendo del análisis de los diversos factores y variables que se involucran directamente en todas las relaciones de teletrabajo, con la finalidad de demostrar la trascendencia de una experiencia, programa o piloto de teletrabajo para toda empresa del mundo competitivo actual que se presenta socialmente responsable ante la humanidad.
En esta investigación se mostraron los resultados de ejercicios prácticos de comparación y sobre todo el estudio de la incorporación de la ética, con sus principios, valores, preceptos, juicios y otros en la forma que se manifiesta en las experiencias de teletrabajo que hemos podido conocer y sobre las que ha recaído un resultado de éxito y sostenible para la empresa y para el capital intangible más importante de estas, el recurso humano.
Por ello es sumamente importante tener presentes los factores éticos en toda experiencia de teletrabajo y poder evaluar y medir el impacto que sobre la responsabilidad social empresarial (en adelante RSE), como una exigencia del mundo actual, se demanda a las empresas modernas de vanguardia, competitivas y diferentes, desde la óptica de la equidad, justicia e inclusión social para nuestros pueblos.
El teletrabajo se configura como una oportunidad en la que se perfilan y alinean perfectamente los principios éticos y de responsabilidad social con que cuentan las empresas, debiendo adaptarse a las regulaciones o políticas ya existentes, las características de su propia naturaleza (como ejecución remota de trabajo a través de medios tecnológicos), y los efectos que genera en cada uno de los agentes intervinientes ya sea internos (empresa y trabajadores) como externos (sociedad, medio ambiente, Estado).
Toda experiencia de implementación de teletrabajo debe significar para la empresa el respeto por todos los aspectos, factores y variables que engloban su adopción pasando entre otros por no olvidar: el compromiso de la alta dirección, la voluntariedad, la reversibilidad, el apropiado uso y seguridad de la información, la responsabilidad del uso de los equipos, la transparencia en el manejo de los resultados, el respeto por los derechos de los trabajadores, entre otros aquí descritos.
Las consideraciones éticas para un teletrabajador dependiente y uno independiente tienen denominadores comunes, sin embargo se deben enfocar apropiadamente para poder conseguir una adecuada respuesta positiva al cumplimiento y respeto de las proposiciones y políticas manifestadas por las empresas, de tal forma que las deban aceptar también como parte de su accionar y proceder.
El comportamiento socialmente responsable no sólo es tarea de las empresas privadas o del Estado sino también nos involucra a cada uno de nosotros, que como seres humanos aspiramos a vivir en armonía, respetando el bien común y propiciando el desarrollo sostenible, por lo que debemos aceptar al teletrabajo como una herramienta facilitadora positiva de su apropiada adopción.
La implementación de experiencias de teletrabajo es de por sí un aliciente para que las organizaciones y empresas que lo adopten se encuentren en la línea ética del respeto por el bienestar común y desarrollo sostenible, ya que el potencial del teletrabajo le permitirá obtener esa ventaja competitiva y comparativa de ser socialmente responsable con la sociedad y el medio ambiente.
Finalmente, consideramos que se debería promover que el teletrabajo se convierta en un elemento o requisito para la obtención de certificaciones de estándares de calidad de empresas socialmente responsables, añadiéndose a los criterios que actualmente los otorgan internacionalmente.
En tal sentido, como cualquier experiencia de implementación que se desarrolle en toda empresa el teletrabajo se debe alinear a los procesos, procedimientos y planificación estratégica existente en la empresa, con lo cual no se debe por ello olvidar sus consideraciones éticas y responsables y sobre todo su potencialidad como una oportunidad de mantenerse en la línea del desarrollo sostenible por el componente de responsabilidad social que se demostró en la investigación.
Roberto Ballón Bahamondes / Ceo, TWSolutions.
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