Reflexión nº 2: UN LARGO CAMINO
Estos últimos 30 años han sido años de grandes descubrimientos cientíoficos-técnicos que están modificando nuestra vida y nos sumerge en una realidad impensada, donde los cambios se suceden a una velocidad cada vez mayor, donde el conocimiento se amplía casi sin límites, y, la noción de “progreso “ en todas sus aplicaciones adquiere otras connotaciones, diferentes a aquellas cualidades que durante siglos, han definido y explicado nuestra condición de seres humanos.
Vivimos permeados por una cultura impuesta por la Primera Revolución Industrial donde hoy impera la crisis más profunda de nuestra historia,, y, no queremos reconocer que es el “trabajo”, el que produce mercancías para el mercado el que se le está acabando su vida.
Bajo la “forma empleo” ese trabajo constituyó siempre el cimiento, la base de nuestra civilización occidental, y enemigos feroces como el liberalismo yanqui-ingles, con el comunismo Soviético-Chino y tambien el nazi-fascismo Aleman-Italiano, levantaron el concepto “trabajo” hasta convertirlo en la bandera más sagrada, en el acto vital de la humanidad.
La tecnoinformática, la biogenética, la robótica, y otras tecnologías nacidas con la microelectrónica, nos convierten en actores principales de una realidad de características nunca conocidas donde el concepto de “progreso “ varía, cambia su contenido.
El “progreso” como significante de un trabajo bien remunerado; de una profesión universitaria, de un comerciante reconocido, de un deportista “lider”, de un dirigente social, y obtener de esta manera más dinero, mayor comodidad, era y es el “objetivo “ de los habitantes de este planeta. Continuar leyendo