Si obviáramos el intempestivo y desaliñado torneo de 30 equipos que iniciará en unos meses en nuestro país y, siguiésemos con el formato de torneos cortos (19 fechas), y si por esas cosas de la vida en Inglaterra se usara este formato reducido, a estas alturas el Chelsea sería campeón (aun cuando resta jugar dos partidos). O como se los suele llamar más mundanamente, sería el “campeón de invierno”, que es el mote que se les pone a los equipos europeos que finalizan el año en el primer puesto.