Con motivo de la proximidad de las festividades de fin de año, les acerco esta receta inspirada en el pan navideño de origen italiano, llamado “panettone” o simplemente “pan dulce”. Este producto, que hoy en día es infaltable en cada mesa durante diciembre, conlleva una particular historia sobre su creación, de la cual existen dos versiones. Y aunque se desconoce cuál es la real, ambas concuerdan en que lleva el nombre de su creador, Antonio o simplemente “Toni”.
La primera de ellas, cuenta que el panettone nace en la corte de Ludovico Il Moro, señor de Milán desde 1494 al 1500, en una noche de navidad. El Duque decidió dar un banquete digno de la riqueza de la corte milanesa, pero el postre se quemó y el final de la velada parecía ser un fracaso. Sin embargo, se percataron de un pan dulce que había preparado el lavaplatos llamado Toni.
El postre tuvo un enorme éxito entre los comensales, y Ludovico preguntó al cocinero quién lo había preparado. Así que trajeron al joven Toni a la mesa, quien confesó que el postre no tenia nombre, por lo que el Duque lo llamo “Pan de Toni“, término que con los siglos se convirtió en panettone.
La segunda señala que este postre nació hace mas de cinco siglos, alrededor de 1490, cuando un joven aristócrata, Ughetto Atellani de Futi, se enamoró de la hija de un pastelero de Milán. Para demostrarle su amor, se hizo pasar por un aprendiz de cocina e inventó un pan azucarado con forma de cúpula, a base de frutas confitadas y aroma de limón y naranja. Los milaneses empezaron a acudir en masa a la pastelería a pedir el “Pan de Toni“, ya que así se llamaba el ayudante pastelero, y de allí deriva en panettone.