Los psicólogos, en nuestro trabajo cotidiano, escuchamos permanentemente frases que hablan de cambios repentinos. Por sobre todo es en las relaciones de pareja en donde suena más esa música. A ver: las personas sólo con mucho esfuerzo hacemos cambios, y pueden ser muy grandes, ¿por qué no? pero lleva su tiempo. Nadie modifica aspectos fundamentales de su personalidad, de su carácter, de su temperamento o de su “modo de ser” de un día para el otro.
Sin embargo, es cierto que frente a ciertas situaciones o acontecimientos, muchos individuos pueden dar saltos importantes en su vida. Hablo de giros madurativos y emocionales que hacemos a partir de atravesar grandes crisis personales o de vivir situaciones traumáticas o experiencias extraordinarias positivas. Pero estas son la excepción, no la constante. En casi todos los casos, la variable tiempo es fundamental.