Diciembre es un mes en donde confluyen muchas cosas: el cansancio acumulado durante al año, las fiestas (siempre algo tensionantes), el cierre o finalización de muchas actividades, la planificación de las vacaciones, las reuniones. Es un mes en donde, en general, no tenemos demasiado tiempo para pensar. Sin embargo, casi naturalmente, todos hacemos algún tipo de balance. La vida es ciclos, como el día y la noche: el tiempo es una convención cultural, pero apropiarnos de él, planificarlo, es un arte necesario.
Archivo de Tag: problemas del amor
El amor, los ideales: la realidad
El amor existe, y se impone al odio y la crueldad de los seres humanos: el mundo sería un lugar siniestro sin esa fuerza que neutraliza lo peor de nosotros; pues así como tenemos la capacidad de amar, también podemos ser crueles, odiar, destruir. El mundo, y todo lo que ocurre en él, es una lucha permanente entre esas dos fuerzas; de cómo se equilibren entre sí, y de quien tome la delantera, está el destino de la humanidad y de cada uno de nosotros. Pues la fuerza del odio es muy grande: emerge fácil, de manera explosiva o planificada, y opaca todo el brillo de la vida. La historia de la humanidad y las noticias que escuchamos cada día lo demuestran.
Hago esta breve intro para hablar del amor de pareja, ustedes se preguntaran qué tiene que ver. Bueno, creo que es desde ahí, y desde lo que cada quien logre construir en ese plano, que arranca la resistencia a todo eso negativo que describíamos antes. Considero que el blindaje ante ciertas cosas espantosas que pasan, se construye apostando a estar “es estado de amor”, que es simplemente, estar y trabajar para él. No es una cosa hippie o espiritual lo que planteo, solo digo que es en esa dimensión donde tenemos que trabajar y pulir lo que somos, estar atentos a eso. Porque cuando amamos, cuando alguien nos ama, un destrato, una desatención, un maltrato, duele, angustia. A uno, al otro. Porque lo que uno observa es que es casualmente en el mundo del amor, en donde paradójicamente, muchas veces la gente se “autoriza” a sacar lo peor de sí. El vínculo ya está armado, va en piloto automático digamos, puede haber hijos, grandes proyectos o no, y es allí en donde (esas fuerzas destructivas de las que hablábamos antes) se empiezan a abrir camino y a degradar la vida amorosa.
Es que el amor angustia, el deseo del otro hacia uno, angustia y genera fobias de todo tipo, por eso, aguantar esos embates, nos da tanta sabiduría. En el amor la dimensión del trabajo existe; es traccionar, es proponer, proyectar, hacer. El amor es un sentir, pero también es fundamentalmente un hacer; es estar atentos a las emociones del otro, a las de uno. Vale decir: es una construcción cotidiana a partir de estar en un mismo campo emocional con alguien.
Hay decenas de maneras de ir erosionando y empobreciendo un vínculo amoroso: los celos, la violencia o ir dejando la sexualidad de lado. Son solo las formas más evidentes. Pero hay muchas más. Cuando en una pareja se va disolviendo la creatividad, los vínculos se empantanan. Muchas veces la monotonía (no las lindas rutinas) literalmente “agarran” a la pareja y lo llevan a un espacio de “sin sentido”, de vacío, de falta de proyectos y disfrutes cotidianos… Y empieza el aburrimiento, que deriva y saca lo peor de cada uno.
Queridos lectores, el amor es un universo de cosas, en donde esos amores ideales que nos plantean las películas o las frases hechas, ¡tienen que ver con la realidad, si claro! pero no es la constante. Y soy un convencido de que se puede lograr un amor profundo, sano, intenso y duradero, lo veo cada día en el consultorio, en la vida, por los lugares por donde circulo. Pero en el amor hay –también- sufrimiento, porque en ese estado del alma se actualiza nuestra historia.
Pretender que no haya malos entendidos, discusiones, enojos pasionales, o lo que sea, es querer navegar en un mas sin olas, sin viento, no es eso el amor. Muchas veces se tarda mucho en comprender profundamente que el amor ideal no existe, ni el hombre o la mujer ideal. Todos lo sabemos y lo decimos racionalmente, pero en algún núcleo de nuestro ser, el “otro ideal”, el “amor ideal”, existen…y si… “es que realmente existió”… en nuestra niñez.
Nuestros padres en un periodo de la vida fueron “eso ideal”, ese registro está en nuestro inconsciente, y nosotros –también de manera inconsciente- perseguimos ese estado en donde todo era ideal.
Muchas personas no alcanzan a amar y ser amados por eso, mucha gente se va quedando sola por qué no tolera la incompletud del amor, la del otro, y ante las primeras frustraciones, se rompen los vínculos, pues nada de la realidad, de las personas reales, alcanza o se acerca a ese ideal.
Los dificultades en el amor son el gran motivo de consulta, de alguna manera todos vienen sorprendidos.de “que el amor es un quilombo”. Todos esperábamos que, en ese plano, la cosa marche sin mayores problemas. Pero no es así. Yo creo que la clave es ponerse sistemáticamente en el lugar del otro: considero que es desde allí de donde se construyen los amores más sanos y de donde salen la conductas más acordes al mundo del amor. Vale decir: es a partir de hacer un esfuerzo cotidiano de debilitar nuestro narcisismo (hablo del narcisismo negativo, de ese que atenta contra los vínculos) que se construye el amor. Y de ser tolerantes y de saber negociar, ceder y aflojar, poniendo como estandarte el bien común o un valor más alto que nuestro propio orgullo. Tener grandeza es eso: es salir de la lógica de “o vos o yo”, del blanco sobre negro, nadie tiene la verdad en una discusión de pareja: puede ser que uno de los dos esté razonando mejor en relación a algo, pero es central no imponer esa razón y, en todo caso, tratar de que el otro entienda el fundamento y después ver, pero más en frío.
Hay una frase por ahí de Jacques Lacan que dice que “amar es dar lo que no se tiene a quien no es”. ¿Cómo entenderla? Simple: yo no tengo para darle al otro lo que ese otro cree que yo tengo, y viceversa. No tengo la espada de la felicidad, no soy la persona ideal que el otro cree que soy, no la puedo completar, no soy su media naranja…pero en esa ilusión, en esa fantasía, se sostiene el amor, y diría casi todas las cosas, por sobre todo el deseo, siempre insatisfecho, porque persigue y funciona desde las ilusiones.
El hombre en la pareja
“No me escucha Gervasio, nunca me escucha”
“No ayuda en nada de la casa, pero no solo eso: desordena todo, permanentemente”
“Las mismas leyes se aplican diferente para él que para mí”
“Es un tipazo, bueno, contenedor, pero no me enciende”
“Gran persona, pero le falta agresividad, dominio”
“No es conmigo como es con nuestros hijos”
“No me cuenta nada de su vida cotidiana, y a los bobos de los amigos, no me los banco más te juro”
Los sufrimientos derivados del amor de pareja son el puesto número Nº 1 en la práctica cotidiana de un psicólogo. Infidelidad, destrato, autismo vincular, sexualidad, odio, competencia, posesión… es que los seres humanos poseemos grandes cantidades de egoísmo, de posesividad, de celos y de un sin número de sentimientos y emociones que, desde ciertos ideales, tendrían que estar excluidos de la escena amorosa.
El amor de pareja, queridos lectores, es un escándalo para todo el mundo. A los seres humanos nos cuesta adaptarnos y funcionar acorde a la necesidad del otro, en general nos movemos por intereses narcisistas. El amor es una suerte de espejismo: si uno va caminando por el desierto, con toda una serie de necesidades vitales insatisfechas, desde esa desesperación, va a tender a ver un oasis, repleto de agua, comida y demás cosas para aliviar esas necesidades. Para nuestro caminante desesperado, ese lugar que ve a lo lejos, es la fuente perfecta, completa… que lo tiene todo.
Los 3 motivos más frecuentes de consulta
En el “Ranking de los 40 principales” en los motivos de consulta que nos hacen a los psicólogos, sin duda que el tema que más suena se llama “Los Problemas del Amor” (¿Parece el titulo de una canción de Arjona verdad?) Ese es el que más se escucha, es el Puesto número 1. Gana por goleada en relación a lo que motoriza a la gente a consultar. El amor es algo complejo para todo el mundo, es lo mejor que se puede vivenciar, lo que da más placer y felicidad, pero también, a veces, es una fuente de sufrimiento. Es lógico, se ponen en juego muchas cosas; toda nuestra historia de cómo fuimos amados, se juega lo que observábamos cuando niños entre nuestros padres (o sustitutos de ellos), de cómo vivían el amor, en fin. Por más bien que eso marche en un sujeto, en los conflictos del amor siempre “va la vida” ( “Va la Vida”, otro tema para Arjona”) así se experimenta el asunto, siempre es medio trágico ese mundo.