Hipócrates ya decía: “que el alimento sea tu medicina”.
¿Pero se refería sólo a lo que ingerimos por la boca?
¿Por qué hay personas que comen “tan bien” y aún así se las ve tristes o con problemas de salud?
¿Y por qué vemos personas que comen “cualquier cosa” y se las ve radiantes y saludables?
¿De qué nos alimentamos realmente?
A la hora de responder esta pregunta, no podemos tener una mirada estrecha y sólo ver lo que está en nuestro plato ya que sin duda hay muchos otros factores que nos alimentan y que determinan energéticamente aquello que elegimos y que llevamos a nuestra boca.
¿Nunca te pasó comer de más debido a la ansiedad o al estrés?
Cuántas veces regresaste del trabajo agotado y buscaste relajarte con la comida o el postre?, o cuántas veces fuiste en busca del helado o del dulce para calmar tu tristeza y angustia?
A caso el alimento no acompaña estados emocionales y viceversa?
Cuando duermes bien seguramente comes menos que esos días en los que dormiste mal y te quieres comer todo buscando energía que solo el sueño te dará…
Entonces, sirve una pirámide nutricional que sólo diga lo que tenemos que comer?, o es necesario tener en cuenta otros factores para que la “nutrición” sea completa?.En mi opinión y experiencia, tu trabajo, tus relaciones, el ejercicio, el descanso, la relación contigo mismo y tu espiritualidad juegan roles esenciales a la hora de la toma de decisiones. Por eso es importante ver que a la hora de buscar nuestro balance no se trata simplemente de ponernos “ a dieta” si no de tratar todos estos aspectos a la vez; ya que la causa como ves no tiene que ver con comer de más o comer mucho dulce, si no, con tus emociones.
Por esta razón es que no recomiendo los planes de alimentación que no tienen en cuenta al individuo en su integridad, sino solo su cuerpo físico, limitándose a atacar el síntoma en vez de ir hacia la causa.
Ésto nos brinda la real sanación y el entendimiento profundo que nos permite relacionarnos con nosotros mismos de una manera más íntegra y en paz.
Cómo está tu relación con:
Tu trabajo
Tus relaciones
El ejercicio
El descanso
La relación contigo mismo y tu espiritualidad.
Cuando trabajas integralmente en cada una de estas áreas buscando la autenticidad en las mismas, poco a poco y con cada paso, todo encuentra su armonía.
Luana
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