Por: Mariana Lorenzo
Santosha en uno de los niyamas (autorregulación). Significa serenidad mental, sentirse a gusto con lo que se tiene y lo que no se tiene. Alegría y positivismo. Aceptación de situaciones adversas. Tener la capacidad de ver lo bueno en lo peor y tomar de allí una enseñanza. Ser agradecido con el presente y trabajar el desapego.
Siempre tenemos gente en nuestro círculo que se la pasa quejándose de su suerte y, cuando no, se la pasa echando culpas a los demás del estado en el que se encuentran. Les va mal porque son otros los que hacen las cosas mal, son infelices porque otros hacen que sean infelices, se sienten vacíos, incompletos e insatisfechos con sus vidas porque les falta algo que no encuentran por buscarlo en el lugar equivocado.
No hay nada que los satisfaga, hambrientos devoradores de un “quiero más”, sin fondo ni techo, suelen andar día tras día rodeados de una nube de ansiedad que busca regalar la autoría de sus carencias a cualquier otro ser humano que no sean ellos mismos.
Si tan sólo pudieran hacer consciente el hecho de que cada uno es responsable de su propia vida. Sucede a veces que hay alumnos que toman unas pocas clases de Yoga y luego abandonan. El motivo oculto tras una larga lista de excusas es que desde el mismo momento en que uno empieza a trabajar con Yoga se enfrenta a sí mismo, y no todos pueden hacerlo. Ya sea por miedo inconsciente a lo que van a encontrar al ver su interior o por estar energéticamente atorados por situaciones pasadas, acumuladas en esta vida u otras.
El yoga desintoxica cuerpo y mente, pero ¿estamos listos para tenernos la paciencia y el amor que tiene una madre con su bebé, que al llorar a veces no sabe qué es lo que le pasa, pero aún así lo cuida y lo nutre hasta que su llanto cesa?
Santosha nos enseña a reconciliarnos con nuestro presente, aceptar que uno es el director y actor principal de la película de su vida y estar bien con eso. Aquello que nos falta es porque nosotros mismos nos lo negamos. ¿Por qué buscar afuera lo que está adentro?
Uno es responsable de su crecimiento espiritual. En la próxima vida llevaremos con nosotros todo el conocimiento adquirido en esta. A través de nuestras existencias no retrocederemos en el sendero espiritual, lo continuaremos desde el punto en el que lo dejamos. Para dar pasos firmes en ese camino debemos armarnos de valor y paciencia. Valor para aceptar nuestras carencias y paciencia para ir creciendo día a día con el calorcito en el corazón de que lo que es hoy, está bien.
Hay una frase muy conocida, que yo sepa de autor desconocido, que refleja a santosha y dice: “La vida no se trata de esperar a que pase la tormenta, sino de aprender a bailar bajo la lluvia”.
Leí un post de Julián Perangón Arjuna, director de la escuela Yoga Síntesis en Barcelona, que dice: “Esta aceptación del momento es una alegría profunda. Aceptación del resultado sea como sea. Lo único que podemos intentar es ser impecables en cada acción; el resto, el resultado, pertenece, por poner un término devocional, a Dios.”
“Sé feliz con lo que tienes, alégrate de que las cosas sean como son. Cuando sientas que no te falta nada, entonces el mundo entero será tuyo” – Lao tzu
Importante: Todas las asanas deben aprenderse con la guía de un Instructor calificado.