Paremos de gritar!

 

sonidogrito

Yo no grito, hablo.

En realidad no hablo, escribo.

Escribo desde lo más auténtico que tengo para decir y con las palabras más espontáneas que irrumpen para manifestarse.

Si no fuera así, no solo los empaquetaría a ustedes, sino que me empaquetaría a mí mismo.

Por eso dejo que irrumpan las ideas que por algún motivo tenemos que compartir. Solo así las musas deben sentirse halagadas y vendrán cada tanto a visitarnos.

Esperemos. Continuar leyendo

El ejercicio de la protesta

elegir

La protesta debe tener sus reminiscencias en el capricho, porque es ahí donde parece que manifestamos nuestros primeros enojos. Reclamos en verdad, que nos permiten reacomodar el mundo a nuestros deseos.

Ese llanto y ese tirón de pollera a nuestra madre, es una técnica crucial y muchas veces efectiva cuando somos chicos.

El problema es que posiblemente esa resolución estratégica de nuestra niñez, incide en nuestro comportamiento adulto. En un tiempo complicado porque ya de grandes no queda bien descomponerse en un llanto irrenunciable o aferrarse con desesperación a la pollera de mamá. Continuar leyendo

Los acomodaticios

Nada les debemos a los alcahuetes, obsecuentes y condescendientes.

Seguiría pero tal vez ya es suficiente y nunca es bueno caer en los excesos.

Una breve descripción los caracteriza con bastante precisión y sirve para imaginarnos a quienes nos referimos.

A los acomodaticios.

A esos.

Quienes ofician de aduladores, nublan su sentido crítico y festejan como pueden las acciones del mandamás.

Triste papel. Continuar leyendo

La valentía de pensar diferente

No creo mucho en la valentía. Será porque muchos han perdido batalla y no dejaron su voz para defenderse.

Lo cual no quiere decir que incite a la cobardía. Ensalce sus precariedades y estimule siempre a la huida, una acción propia para la preservación de la especie pero indigna para acometer algunos objetivos.

El mundo es quizás más de los valientes que de los cobardes. Digamos, pero también dudemos. Continuar leyendo

El fútbol de la abundancia

No estás, me dijo.

Es que no quiero cansarlos a ustedes y cansarme a mí. Creo más en la estructura de cierta escasez para provocar interés. Si  las cosas se dan en demasía, cansan, abruman y se pierde el interés.

Eso supongo, quizás por lo que me ocurrió con el fútbol.

Y qué te pasó, dirán. Continuar leyendo

El oficio de discutir

Decir algo desalineado a lo esperado suele traer problemas. Enojar al interlocutor de turno y abrir las condiciones para una disputa siempre fallida. Porque si ambos se esmeran en sostener sus cerradas y convencidas posiciones, los dos pierden el tiempo. Y el encuentro se reduce a una sucesión de puñetazos más o menos efectivos.

Situación que dilapida la celebración que debiera significar cualquier encuentro.

Algo más o menos así es lo que pasa en las mesas de los bares y también en las discusiones que sostienen adversarios en programas periodísticos. Ocurre con los temas más diversos. Continuar leyendo

Unos contra otros

No sé bien cómo ni por qué, pero la realidad quedó de alguna forma orquestada.

Es como que se tiró la taba. Y la suerte quedó echada.

Salió negativo.

Negativo para todos.

Eso se percibe al observar el clima social, de disputas, enojos y agravios. Continuar leyendo

El ser testarudo

La inteligencia tiene que ver con la capacidad de ser flexible.

Cambiar.

Hacerse cargo del error o de la alternativa que indica que la forma de ver una situación podría ser superada. Esto es lo que abre la posibilidad a rectificarse o a enriquecer la mirada.

La antítesis es el ser testarudo. La persona que se cierra en sí misma y se reduce a sus certezas. Continuar leyendo

El arte de superarse

Una primera elección que tenemos que tomar todos es si queremos seguir siendo iguales o nos hacemos cargo de evolucionar.

El cambio es indefectible, pero no siempre evolutivo.

De ahí que vemos gente que ha cumplido muchos años y suele tener falencias notables en su desarrollo personal. Del mismo modo que percibimos chicos o jóvenes, con un nivel de desarrollo y madurez elogiable.

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